¿QUE PAN ESTAMOS TOMANDO?
El consumo de pan hoy en día ha disminuido en los últimos años pero aun así se sigue consumiendo grandes cantidades de este alimento.
En el artículo de hoy nos vamos a centrar en que tipos de pan nos vende la industria, cual es el mejor o el más adecuado, a la hora de comprarlo en un supermercado, ya que este tipo no tiene nada que ver con los que se hacían antes o los que hacen en las panaderías de toda la vida.
Aunque la industria siempre nos intenta vender sus productos con mensajes que nunca son lo que nos venden, como por ejemplo “el consumo de pan en España es menor del aconsejado”, “es necesario tomar de 6- 10 raciones de cereales al día”; “los expertos insisten en incluir entre el 50 – 60 % de la ingesta calórica del día provenga de los hidratos de carbono”.
No tenemos que hacer caso a todos los mensajes escritos por la industria y más a los productos que nos intentan vender en el día a día. El estudio más reciente publicado sobre la ingesta de diferentes alimentos en España, a la cabeza se encuentra el pan, y muy por debajo de este el consumo de verduras y hortalizas, incluso aun habiendo reducido su consumo en los últimos años.
¿CÓMO ES EL PAN DE AHORA?
El pan se elabora con variedades de trigo “moderno”. Este es un alimento muy pobre y especialmente el pan blanco industrial, pero que hasta ahora es el más consumido. Antes se utilizaban variedades con el trigo espelta o el centeno. Este tenía mucho tiempo de fermentación, consiguiendo así un producto de mejor digestión.
El pan de ahora no cumple el proceso de los panes que se consumían antes, ahora se utilizan más levaduras químicas, para que esa fermentación que antes llevaba horas, se produzca rápidamente. Se le añaden aditivos y azúcares para mejorar su textura y sabor, además para hacerlos más duraderos, utilizando así ingredientes más económicos, dando como resultado un pan de mala calidad nutricional.
Otro de los puntos negativos que tienen es que ahora las harinas son refinadas, incluso en diferentes tipos de panes, como son los integrales. Sin embargo, antes de utilizaban harina integral de calidad conservando toda la fibra y sus vitaminas, el pan integral que se piensa que estamos consumiendo rara veces lo es.
Una buena manera de saber siempre si lo que compramos es de buena calidad nutricional, es siempre mirar las etiquetas de los productos y la lista de ingredientes para saber si verdaderamente estamos comprando lo que nos venden. Siempre se tiene otra opción que es elaborar vuestro propio pan o, comprarlo en panaderías de toda la vida que sepáis que es de buena calidad.
¿COMO SABER QUE EL PAN QUE ESTOY COMPRANDO ES DE BUENA CALIDAD?
Para saber comprar un pan de calidad nos debemos fijar como he mencionado anteriormente en la lista de los ingredientes. A la hora de elegir una variedad siempre va a ser más sano el pan integral, de espelta o centeno que el pan blanco refinado, aparte de mantenernos saciados más tiempo mantiene mejor los nutrientes la fibra y minerales que el refinado. Pero como saber identificarlo.
Lo primero de todo es fijaros que únicamente ponga que lleva harina integral, agua y sal y fermentos o masa madre, sin aditivos o azucares, ya que en muchas ocasiones mezclan harinas refinadas con salvado para que le de ese color de “integral” que tienen. El pan que vayamos a comprar debe haber tenido un proceso de fermentación largo, si tienes alguna duda de lo que estés comprando pregunta a tu panadero de confianza.
Por último fijaros que no os engañen con ningún reclamo como tipo, doble esponjosidad, rico en fibra, ni que os ponga ninguna propiedad extraordinaria que os diga que con ese pan vais a bajar de peso.
Siempre intentar comprarlo en panaderías de confianza o el que os recomienden el profesional de la salud, como es el nutricionista si estáis acudiendo por algún problema a él.
COMO AFECTA ESTE PAN A NUESTRO PESO
Numerosos estudios afirman que disminuir el consumo de pan blanco refinado reduce el peso y la grasa abdominal, asociado el consumo de este a mayor riesgo de sufrir sobre peso y obesidad. Además de elevar la insulina, baja saciedad, daño intestinal etc.
Como conclusión deciros que hay que reducir el consumo de pan y de harinas refinadas y optar por panes más saludables 100% integrales o especiales que sean bajos en hidratos de carbono. Si os surgen dudas siempre mirar los ingredientes y sabréis que tipo de pan estáis comprando. A parte de limitar su consumo, se debe llevar una alimentación variada y equilibrada para mantener nuestro peso y tener buena salud.
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